Guerras, conquistadores y epidemias entre los indígenas (Parte 5)


Para profundizar un poco más sobre el tema de la población indígena precolombina vamos a analizar, a continuación, la situación existente en la isla La Española cuando Colón puso su pie en ese territorio.
Esta isla tiene una superficie de 96.480 km2 la cual, hoy en dia, es compartida por Haití y la República Dominicana; según los datos publicados anteriormente estaba habitada, al finalizar el siglo XV, por 100.000 indígenas tainos que conformaban cinco tribus gobernadas por 5 caciques, cada uno con una pequeña porción de individuos. Los cinco jefes se llamaban: Guacanagarix, Canoabo, Cayacoa, Guarionex y Boechio, hermano de la que unos años después, se convirtió en la famosa líder indígena Anacaona.
Estos cinco caciques, desde hacia varios años, se encontraban enfrentados en una guerra entre las cinco tribus sin tregua alguna, porque esta era una característica ancestral que identificaba a estos pobladores en el cuidado y la defensa de su territorio.
Además, también les tocaba rechazar los frecuentes ataques de tribus caribes que provenían de islas cercanas a las que habian llegado, navegando desde la desembocadura del río Orinoco, con el objetivo de esclavizarlos y asesinarlos para raptarles a sus mujeres.
Como dato curioso, vale la pena recordar lo que le ocurrió al navegante y explorador florentino Giovanni da Verrazzano. Estando al servicio del rey Francisco I de Francia, en una expedición exploratoria a la isla de Guadalupe, en el año 1528, fue hecho prisionero por los indios caribes que practicaban el canibalismo quienes lo descuartizaron se lo comieron.
Para el año 1508, la población de La Española se había reducido a 60.000 habitantes a causa de las guerras tribales, locales y foráneas, la colonizacion española y las epidemias que los habían diezmado.
A las enfermedades locales hay que sumar las introducidas por los europeos al llegar al Nuevo Mundo y agregar las nuevas enfermedades africanas que trajeron los esclavos negros. En los últimos dos casos resulta evidente que la población indígena carecía de inmunidad.
Para el caso de México, el arribo de los españoles en el siglo XVI, trajo consecuencias demográficas devastadoras. Varios estudios han demostrado que, entre 1521 y 1650, desapareció alrededor del 80% de la población indígena.
En su libro, mencionado anteriormente, el filólogo y ensayista judío polaco Angel Rosenblat, trata ampliamente el tema de las poblaciones y de como sucumbieron a las epidemias. Las estremecedoras cifras de las muertes producidas por enfermedades entre las tribus indígenas están registradas con datos estadísticos documentados.
En una fuente consultada encontramos un relato que describe que, en 1545, una epidemia que los aztecas denominaron "matlazahuatl" (vocablo equivalente a peste), acabó con la vida de 800.000 indígenas y otra, en 1576, exterminó a 2.000.000 de indios mexicanos.
En el segundo tomo de una enciclopedia titulada "México a través de los siglos" publicada en 1884, se menciona que en el año 1520 se desató una epidemia de viruela, otra de sarampión en 1531 y otra de tifus en 1545 que resulta ser la misma que llamaron "matlazahuatl".
Actualmente está totalmente aceptado por los investigadores de la historia del Nuevo Mundo que la reducción de la población indígena en el continente americano está ligada con tres factores que mencionados: las guerras tribales, la colonización y las epidemias.
Está igualmente aceptado que la colonización fue un proceso durante el cual se cometieron desaciertos y atrocidades por los conquistadores europeos. Es evidente que las expediciones que se cumplieron a lo largo y ancho del territorio americano produjeron una disminución de la población aborigen; de esta colonización continental no se marginó ninguna de las monarquías europeas existentes pues en ella tomaron parte, en orden de importancia: españoles, portugueses, ingleses, franceses, alemanes, holandeses, daneses, suecos y escoceses.
Los italianos no participaron en estas campañas de conquistas territoriales ya que en esa época la península no estaba unificada bajo la corona de alguna familia monárquica; estaba dividida en varios reinos, principados, estados papales, ducados, repúblicas y señorios de varios tipos. Italia aportó a sus navegantes, sus estudiosos, sus banqueros y sus genios que ya venían desde hacía décadas dándole forma a un movimiento revolucionario cultural que se llamó el Renacimiento.

Imagen tomada de www.notimerica.com

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