La llegada a Barranquilla a la casa de mi abuelo - La calle de las Flores


En 1940, en compañía de mis padres, llegamos a Puerto Colombia a bordo del vapor alemán "Sesostris". Después del registro en la oficina de la Aduana, tomamos el ferrocarril que nos llevaría a la Estación Montoya, nuestro destino final en Barranquilla.
Allí nos estaba esperando mi abuelo materno, Francesco Botta, quien con inmenso regocijo nos condujo a la casona que habitaba en la calle 39, llamada la calle de Las Flores entre las carreras Veinte de Julio (43) y Cuartel (44). Era una casa de techos altos, amplios corredores que servían de marco a un patio grande lleno de árboles frutales en cuyo centro se alzaba vigoroso un inmenso níspero.

A la casa se ingresaba a través de un zaguán que terminaba en una puerta de madera oscura artísticamente tallada con unas figuras geométricas que dejaban entrever entre sus huecos lo que había dentro de la residencia.
A esta calle se le dió este nombre porque a lo largo de la misma entre los callejones de La Paz (40) y Progreso (41) se habían ubicado varios puestos improvisados que vendían flores a las personas que iban a visitar familiares que se encontraban sepultados en unos de los primeros camposantos que existieron en la ciudad.
Este cementerio fue inaugurado alrededor del año 1876 y fue cerrado al público en 1917; estaba ubicado en la calle Caldas (38), antiguamente denominada como la calle del Camposanto con el callejón Igualdad (38). Actualmente allí se encuentran la Biblioteca Pública Departamental y el parque del Centenario de la Independencia frente al colegio y la iglesia de San José.

Una vez instalados en esta inolvidable casona empezamos a recibir las espontáneas visitas de bienvenida de las familias vecinas que residían en el sector. Fue entonces cuando nos percatamos de la gran cantidad de italianos que habitaban en esa calle. Era una abigarrada y variopinta comunidad integrada por familias en donde se hallaban representadas todas las manifestaciones de las artes, los oficios y las profesiones.
A pocos metros de mi casa se encontraba la Foto Tepedino en la carrera 20 de Julio entre Caldas y Las Flores; muchos de nosotros posamos frente a las cámaras y reflectores del artista-escultor Michele Tepedino; sus fotos, casi siempre en tamaño postal, eran marcadas en alto relieve, con el logotipo del estudio fotografico.

(Continuará)
Foto de la estación Montoya antes de ser restaurada tomada de: http://www.camarabaq.org.co/restauracion-del-conjunto-patrimonial-estacion-montoya-tranvia-1999/

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