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Mostrando las entradas de 2018

Más vecinos recordados de la calle de Las Flores - Final

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Al otro lado del consulado británico se encontraba una casa de dos pisos habitada por la familia Lobo cuya cabeza visible era un técnico experto en reparación de aparatos de radio. Tenía un local que daba su frente a la calle y en su interior se podían ver los radios desarmados y sobre un gran banco de trabajo abundaban decenas de tubos de vidrio, diodos, triodos, condensadores y rectificadores de todas las marcas. En el segundo piso funcionaba la "Pensión Lobo". Mas abajo vivía una familia de españoles de apellido Coderque. Juan y Conchita Coderque eran un par de agradables personas con las que mi mamá y yo, con alguna frecuencia, nos deteniamos en la verja de su casa para oír las insólitas historias de lo que habían tenido que sufrir sus familiares cuando en España, entre 1936 y 1939, tuvo lugar la Guerra Civil Española. La siguiente casa estaba habitada por otra familia de italianos: Umberto Gentile y su esposa Carmen Elisa Di Ruggiero por todos conocidos como

Un Consulado lleno de misterios - 4 parte

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Cuando llegamos a Barranquilla en 1940, la segunda guerra mundial se encontraba en pleno desarrollo; el 7 de diciembre de 1941 se produjo la entrada de los Estados Unidos en la guerra y por la proximidad de Colombia al canal de Panamá, después de esa fecha, se implementó un plan de vigilancia especial de las costas colombianas desde las selvas del Darien hasta Santa Marta pasando por Cartagena y Barranquilla. Con frecuencia, enormes dirigibles de la fuerza aérea norteamericana, que partían desde la base militar de Albrook, en territorio panameño (Albrook Air Force Station), sobrevolaban los cielos de Barranquilla cumpliendo misiones de seguridad desde el aire. Recuerdo como desde el patio de mi casa observaba inmóvil el lento tránsito de estas enormes y brillantes naves con las insignias de la USAF pintadas en su vientre pasar sobre mi cabeza. Eran los tiempos en que estas maniobras estaban autorizadas dentro del marco de lo que se denominaba "la política del buen vecino

El costado norte de la calle de Las Flores - 3 parte

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Toda mi infancia transcurrió aquí, en la calle de las Flores y tengo maravillosos recuerdos de esa época. En la acera norte, del lado donde yo vivía, en la esquina de Veinte de Julio, habitaba un ciudadano español de nombre Alfonso Gómez, dueño de un negocio de venta de café con la marca "El Deseado"; era un ruidoso lugar en el que se encontraba instalado un potente molino y muy cerca una máquina tostadora de dónde emanaba diariamente un delicioso aroma de café recién procesado que él cuidadosamente empacaba en bolsas de papel que contenían una libra cada una. Terminada esta labor, por las tardes, se sentaba en una vieja mecedora a fumarse un puro en la puerta del negocio. Café y tabaco. La fórmula perfecta para dejarse llevar por los recuerdos de los tiempos en que vivía en Santo Domingo en República Dominicana. La siguiente casa estaba habitada por dos señoritas de apellido de la Rosa. Eran dos hermanas muy elegantes y discretas y una de ellas, todas las tarde

El costado sur de la calle de Las Flores - 2 parte

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En la acera de enfrente a la casa donde yo vivía, habitaba el doctor Gustavo Nascimbene que se había asociado con el doctor Eugenio Cambieri y entre ambos atendían a los pacientes de su "Policlínica Barranquilla"; la hermana del doctor Nascimbene, Angioletta, era la esposa del doctor Cambieri. A pocos metros vivía la familia Alario: el mayor de tres hermanos era el doctor Nicola Alario quien era el dueño de la "Farmacia San Nicolas". Su hermana era la destacada y renombrada obstetra Elvira Alario, mejor conocida como "Misia Elvira" quien atendió los partos de la mitad de las madres de Barranquilla, entre ellos el de mi hermano Dino. Elvira Alario estaba casada con Rodolfo Gallo Fraino con quien tuvo dos hijos: Osvaldo y Astolfo Gallo Alario. Había un tercer hermano, que vivía en Mompox, de nombre Vladimiro Alario quien con alguna frecuencia se alojaba en esa casa. Él era el padre del celebre filólogo y linguista Mario Alario Di Filippo autor del

La llegada a Barranquilla a la casa de mi abuelo - La calle de las Flores

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En 1940, en compañía de mis padres, llegamos a Puerto Colombia a bordo del vapor alemán "Sesostris". Después del registro en la oficina de la Aduana, tomamos el ferrocarril que nos llevaría a la Estación Montoya, nuestro destino final en Barranquilla. Allí nos estaba esperando mi abuelo materno, Francesco Botta, quien con inmenso regocijo nos condujo a la casona que habitaba en la calle 39, llamada la calle de Las Flores entre las carreras Veinte de Julio (43) y Cuartel (44). Era una casa de techos altos, amplios corredores que servían de marco a un patio grande lleno de árboles frutales en cuyo centro se alzaba vigoroso un inmenso níspero. A la casa se ingresaba a través de un zaguán que terminaba en una puerta de madera oscura artísticamente tallada con unas figuras geométricas que dejaban entrever entre sus huecos lo que había dentro de la residencia. A esta calle se le dió este nombre porque a lo largo de la misma entre los callejones de La Paz (40) y Progres

El final de dos barcos durante la segunda guerra mundial: Virgilio y Sesostris

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El vapor alemán Sesostris continuaba anclado en uno de los muelles de Puerto Cabello. Su capitán seguía esperando órdenes del comandante de la flota naval alemana puesto que después de la declaración de hostilidades las naves mercantes habían quedado también bajo el dominio del Estado Mayor de la marina de guerra nazi. Era muy peligroso navegar por el mar Caribe el cual era celosamente patrullado por naves de guerra británicas y francesas que buscaban barcos enemigos para torpedearlos y hundirlos. En ese puerto se mantuvo seguro hasta que el 29 de marzo de 1941 el presidente de los EEUU, Franklin D. Roosevelt dio la orden de proceder a incautar los barcos con bandera alemana o italiana que se encontraran anclados o refugiados en los puertos norteamericanos. Adicionalmente a esta directiva fueron enviados agentes estadounidenses del Departamento de Defensa para que visitaran todos los países americanos que se habían plegado al cumplimiento de esta orden para así co

Cómo llegué a Colombia desde Italia: una historia de la Segunda Guerra Mundial

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En compañía de mis padres, Alfredo Violi Sergi y Rosina Botta Milone, nos encontrabamos listos para viajar a Barranquilla (Colombia) donde nos esperaba mi abuelo materno, Francesco Botta, quien insistentemente nos había sugerido de hacerlo ante el inevitable estallido de la Segunda Guerra Mundial. La decisión de efectuar este viaje, a finales de 1939, estaba rodeada de unas características totalmente inesperadas. Debíamos embarcar en Napoli en el vapor Virgilio y de allí, hasta nuestro destino final, haríamos escalas en Génova, Marsella, Barcelona, Santa Cruz de Tenerife (en las islas Canarias), La Guaira (en Venezuela), Cristóbal (en Panama) y finalmente, en Puerto Colombia. La situación en Europa se había tornado extremadamente tensa y las cosas parecían que se encontraban fuera de control; se respiraba una atmósfera llena de preocupaciones e incertidumbres. Y no era para menos: el 13 de marzo de 1938, el dictador nazi Adolfo Hitler había anexado Austria al territorio alemán

El proyecto migratorio de Vedovelli resulta fallido - 6 y última parte

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El conflicto entre Italia y Colombia, causado por la llamada "Cuestión Cerruti" fue el factor determinante que originó el fracaso del proyecto migratorio que había sido presentado por Carlo Vedovelli al gobierno colombiano. Es importante recordar que durante gran parte del período que duró este conflicto, particularmente entre los años 1892 y 1895, se evidenciaron en todo el país violentos sentimientos anti-italianos que fueron alentados por la iglesia católica y apoyados por el partido conservador. A esta delicada situación se le sumó también la postura radicalizada de los enemigos de la inmigración quienes pregonaban que la subversión social, que estaba muy de moda en Europa, podía contaminar - a través de esos 8.000 inmigrantes - la vida y las costumbres políticas del pueblo colombiano. Numerosas opiniones adversas aparecieron en los medios escritos de divulgación en todo el país; la oposición del clero fue una de las mas incendiarias y provocadoras. En u

El conflicto con Ernesto Cerruti - 5 parte

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Irrumpe en la escena un acontecimiento inesperado: debido a las consecuencias producidas por la llamada "cuestión Cerruti", ocurrida entre enero de 1885 y agosto de 1898, se produce el rompimiento de relaciones diplomáticas entre Italia y Colombia el 15 de diciembre de 1885, fecha de lamentable recordación. Ernesto Cerruti, un prestante ex-oficial de infantería y comerciante italiano, nacido en Turín, en 1844, llega desde Panama al estado del Cauca, donde, en 1870, es nombrado agente consular del Reino de Italia en Buenaventura; en corto tiempo se convierte en un notorio importador de mercancías extranjeras. En 1871 recibió la orden de trasladar el consulado a Cali donde estableció la casa comercial E. Cerruti & Cia. abriendo también oficinas en Popayán y Palmira manteniendo el almacén que originalmente había instalado en Buenaventura. Se había convertido en un personaje socialmente muy importante pues en muy corto tiempo logró vincularse con las altas esfer

El proyecto migratorio: Vedovelli encuentra al presidente Holguín - 4 parte

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Simultáneamente con el episodio anterior, Vedovelli, quien se encontraba en Bogotá, había logrado entablar vínculos de amistad con el Presidente de la República, el doctor Holguín, a quien le había presentado el catálogo de venta del tesoro Quimbaya. La participación de Colombia en la Exposición Histórica americana que se iba a realizar en Madrid en 1892 fue el hecho determinante que hizo que el presidente Holguín manifestara su interés en comprar la colección. Todo indica que, en abril de 1891, el mandatario hizo desistir a Carlo Vedovelli y Juan Pablo Jaramillo Lalinde para que no continuaran ofreciendo en venta el tesoro, asegurándoles la compra por parte del gobierno nacional. Vedovelli tenía conocimiento de lo que había hecho en Venezuela otro italiano, el célebre coronel de ingenieros Agostino Codazzi, quien en 1828, había logrado llevar a cabo un exitoso proyecto migratorio en la Colonia Tovar, cerca de Caracas: escogió el sitio en la serranía de La Victoria