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Anécdotas en tiempos de ITALIA CANTA en la VOZ DE LA PATRIA: la visita del príncipe de España

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  Cada domingo traía alguna anécdota pero sin lugar a dudas una de las más inolvidables fue la de aquel domingo... En la cabina de locución alcanzamos a ver a un personaje que estaban entrevistando. Esperamos que terminara su intervención y cuando salió de la cabina el profesor Guillén se apresuró a presentárnoslo. Era el guardiamarina Juan Carlos I de Borbón, príncipe de España quien años después se convertiría en el rey de  España. Fue un momento único e irrepetible. Italo, Tino y yo quedamos sorprendidos cuando el joven príncipe nos contó que él era italiano pues había nacido en Roma el 5 de enero de 1938 durante la época del exilio de su familia y había pasado su infancia en Italia donde recibió sus primeros años de enseñanza. Al príncipe le llamó la atención que Italo traía debajo del brazo unos diez discos de larga duración de cantantes italianos y motivado por su curiosidad, quiso echarle un vistazo a cada uno de ellos resultando que conocía en detalle tanto la canción como el i

Anécdotas en tiempos de ITALIA CANTA en la Voz de la Patria

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  Era un domingo como cualquier otro. Nos dirigíamos a los estudios de la emisora "La voz de la Patria" de Barranquilla para transmitir a las 12 del medio día nuestro habitual programa ITALIA CANTA. Italo Mennuto, conduciendo su viejo jeep Willys de color verde militar ya nos había recogido a Tino Biava y a mi y estaba maniobrando para dejar el vehículo bien parqueado a un costado del sardinel de la emisora. Entramos por el portón lateral de esta amplia casona que era propiedad del empresario italiano Floro Manco, fotógrafo y cinematografista, nacido en Scalea (región Calabria), de reconocido prestigio en Barranquilla y nos detuvimos unos minutos a saludar a los hermanos Clemente y Eduardo "Chichi" Vassallo quienes estaban ocupados trabajando en un gran salón lleno de tubos de vidrio, condensadores y rectificadores, de los usados habitualmente en las transmisiones radiofónicas de la década de los años cincuenta y sesenta. Debo decir que la gran pasión profesional de

Mi amigo Giancó Macchi (6 y última parte)

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Así termina la crónica costumbrista que escribió Giancarlo Macchi. Voy a complementarla con algunos detalles que servirán para perfilar a este personaje que nos dejó un montón de buenos recuerdos entre los pliegues de la memoria. En 1963, apenas Gianco finalizó su carrera en la Universidad del Atlántico, alistó sus maletas y se trasladó a Milano (Italia), en donde entró a trabajar en el estudio del arquitecto Carlo Moretti; allí permaneció durante un año hasta que escuchó el lejano pero atractivo llamado de vuelta de su inolvidable Barranquilla, que al fin y al cabo, era la ciudad que lo había visto crecer. Retornó para vincularse a la oficina del también arquitecto Octavio Giraldo Maury y al mismo tiempo aceptó la invitación para dictar clases como profesor de Diseño y Composición Arquitectónica de su universidad, actividad que desempeñó en un amplio período comprendido entre los años 1965 y 2010. Paralelamente le surgió la oportunidad de convertirse en socio de la firma B

Las pasiones de Gianco Macchi: entre la Lambretta, el cine y la pintura (quinta parte)

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 (Cuarta parte del artículo escrito y reproducido en este blog del arquitecto Giancarlo Macchi) La relación con mi padre fue muy intensa. Compartíamos el tiempo libre siempre en forma productiva. Él, en su juventud, cumplió su servicio militar en el norte de África, posteriormente trabajó con la fábrica suiza de telares "Ruti", como soldador en la construcción de aviones "Caproni"y, después de su vinculación con la Marysol, en el año de 1958, viajó con mi madre a las Filipinas donde dirigió una de las textileras mas grandes del mundo en Manila, propiedad de la familia Araneta. Su actividad laboral terminó nuevamente en Barranquilla, vinculado a la empresa Jackson Fashion, propiedad del modisto barranquillero Toby Setton. Bartolo y Alberto Mei, también italianos, tomaron para Colombia, en 1950, la distribución de motos "Lambretta". Mi padre se relacionó con uno de los mejores deportistas de la ciudad, Humberto Gravina, un ciclista de origen it

Entre juegos y oficios: infancia de Giancarlo Macchi en Barranquilla (cuarta parte)

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(CONTINUACIÓN de la crónica escrita por Giancarlo Macchi que reproduzco en estos posts: anterior a este hay otros tres) Estaba establecido por ese código económico que el producto obtenido era usufructuado por "il Signore" quien hacía uso de su posición privilegiada para imponer su voluntad a ese grupo de personas que evidentemente se encontraba sometido a una condición inhumana sólo comparable con la esclavitud en su máxima expresión de crueldad, en una época en que la mecanización todavía no había llegado al campo, de modo que las mejores tierras eran entregadas por sus propietarios a familias preferentemente con numerosos hijos, aquellas que tenían mujeres entre sus hijos aceleraban sus matrimonios para que sus esposos integraran su mano de obra en los cuidados de la tierra. A la familia de mi madre entonces le preocupaba, sin sentimentalismos ni retóricas, como lo explica el Premio Nobel de Literatura José Saramago, "proteger su pan de cada día con la natur

Las remembranzas de la Toscana: crónicas de mi amigo Giancó Macchi (Tercera parte)

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(Continua la crónica escrita por Gian Carlo Macchi) A ese barrio de San Pachito llegué desde Italia el 21 de mayo de 1949 en compañía de mis padres y mi hermana Giovanna. Allí estaba la empresa Marysol de la familia del conde Matarazzo, de Sao Paulo, Brasil y dentro de ella, unas casas construídas especialmente para albergar en forma cómoda a los técnicos en textiles que habían sido traídos de Italia; para entonces yo tenía nueve años y viví en ese sector hasta diciembre de 1958. Esta empresa ocupaba seis hectáreas, ahora solo queda una pequeña parte de ella que ha sido convertida en bodegas y en el terreno restante, por allá en 1979 si mal no recuerdo, se construyó el conjunto habitacional Villa Tarel; en ese gran lote de terreno se encontraban, junto a la nuestra, otras cinco viviendas en medio de una gran zona silvestre, en donde vivían las familias de los señores Renato Budelli, Guido Schwartz, Aurelio Tosti y Pepe Amarís. Mi padre, amante de la natur

Los italianos de la Marysol (1949 -1958): segunda parte del especial de Giancarlo Macchi

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Así empieza la crónica de mi amigo Giancarlo Macchi: El barrio popularmente conocido como San Pachito surgió como un nuevo polo de expansión territorial en la década de los años cuarenta. Se formó una zona habitacional urbana por el fuerte flujo migratorio que trajo consigo el desarrollo industrial de la Via 40; allí estaban, entre otras empresas textileras, Filtta, Marysol, Celta, Textiles Atlántico, Indurayón, Textiles Alfa, además de la Fábrica de Textiles Obregón que había sido fundada desde 1910. Para los días de 1940 ya había surgido San Pachito, un concentrado sector de La Concepción en medio de hortalizas y fábricas, aislado del casco urbano, al que se accedía por la via 40 o por la calle 70 que para ese entonces consistía en una trocha sin pavimentar flanqueada por antiguas casitas pintadas con cal blanca, con cubiertas de palma de enea y algunas, muy pocas, de zinc o tejas de cemento. Con el envejecimiento, ese tipo de arquitectura perdía tanto su verticalidad como su

Mi amigo Gianco Macchi (Primera parte)

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Si el arquitecto Giancarlo Macchi Benigni (q.e.p.d.) estuviera vivo le estaríamos celebrando sus ochenta años de nacido pues vio la primera luz de este mundo el 19 de mayo de 1940 en la ciudad de Monza (Italia). Era el menor de dos hijos que tuvieron los esposos Giorgio Macchi, técnico textil y la dama toscana Clorinda Benigni. Su hermana mayor Giovanna regresó a Italia y se casó con el político Fernando Uslenghi. Giancarlo contrajo matrimonio en 1965 con la también arquitecta de orígen guajiro Regina Jánica con quien tuvo tres hijos: Giancarlo, Gianpaolo y Caterina Macchi Jánica. En la casa de mis padres, en Barranquilla, Gianco, como cariñosamente lo llamábamos, era un habitual invitado a almorzar semanalmente puesto que tenía un pequeño problema de logística y movilidad que se le presentaba cuando cursava sus estudios en la facultad de Arquitectura de la Universidad del Atlántico donde también yo estudiaba  Ingeniería Química. El había llegado a la ciudad en 1949, cua

¿Cuántos italianos hay en el mundo actualmente?

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Según el ISTAT, Istituto Nazionale di Statistica, Italia registra actualmente una población de 61´541.000 habitantes ubicados en un territorio de 301.340 Km cuadrados que son visitados anualmente por 61 millones de turistas de todo el mundo. La nación italiana, con evidente preocupación, presenta una tasa de natalidad muy baja, algo así como 1.29 hijos por cada mujer, lo que afecta seriamente su índice de fecundidad. Desde los inicios de los años setenta del siglo pasado la población de la península reflejó un cambio en su ritmo de crecimiento que descendió hasta un 0% entre 1985 y 1990. Sin embargo, a partir de la última década del siglo XX se empezaron a experimentar cambios importantes en la salud de los italianos en general, una tendencia que nos lleva a preveer que la población mundial ha estado envejeciendo cada vez mas, debido a un aumento de la esperanza de vida como consecuencia de los adelantos en los tratamientos médicos y en el manejo integral de la salud de los