Los barcos de la inmigración de Europa a América - Primera parte
El barco a vapor Giulio Cesare que viajaba desde Genova o Napoli a América del Norte y del Sur.
Su primer viaje fue en 1923.
Entre
mediados del siglo XIX y principios del siglo XX llegaron al continente
americano más de 50 millones de emigrantes europeos. En su gran mayoría
eran jóvenes que inevitablemente se veían obligados a tomar la decisión
de viajar a algún país de América con el único fin de buscar un mejor
futuro. Eran generaciones que estaban abrumadas y fatigadas por
preocupantes problemas económicos o, en algunos casos, por persecuciones
de carácter político.
En
el período comprendido entre 1860 y 1920 salieron de Italia cerca de
7.000.000 de emigrantes, acontecimiento con lo que quedó demostrado que
esta operación fue claramente estimulada por los gobiernos de turno ya
que
esta decisión representaba una solución que servía para aliviar la
subsistencia de las familias que permanecerían viviendo en suelo
italiano.
En
esa época el único medio disponible para atravesar el océano Atlántico
eran los barcos. Los primeros viajeros que se aventuraban a emprender
esta travesía lo hicieron en grandes veleros lo que ocasionaba que los
viajes
tuvieran una duración difícil de precisar ya que la velocidad estaba
sometida a la fuerza de los vientos.
Las
condiciones del viaje mejoraron con la aparición de grandes calderas
que producían vapor puesto que el barco podía navegar a una velocidad
controlada lo que permitía cumplir con seguridad el itinerario en el
tiempo
establecido.
Se
empezaron a ofrecer viajes en lo llamados vapores con tarifas de
precios muy variadas las que estaban condicionadas por la cantidad de
dinero que el pasajero podía pagar escogiendo un tiquete para viajar en
primera,
segunda o tercera clase.
Las
grandes compañías navieras se sostenían gracias a la venta de tiquetes
adquiridos por los emigrantes que viajaban preferencialmente en segunda y
tercera clase que eran los que ocupaban la mayor parte de la capacidad
del barco.