¿Fue el Descubrimiento de América un genocidio? (Parte 8 - final)
Sin lugar a dudas, las motivaciones que las potencias europeas esgrimían para la conquista de América fueron principalmente económicas ya que buscaban nuevas fuentes de materias primas y la apertura de otras rutas comerciales.
Algunos historiadores destacan en este proceso el aspecto positivo del intercambio de conocimientos entre los dos mundos ya que afirman que la colonización fomentó el desarrollo de la agricultura, la minería, el comercio, la gastronomía, mientras otros, la destrucción de culturas ancentrales.
El almirante Colón tuvo una visión premonitoria desde muy joven y decidió lanzarse a lo desconocido en búsqueda de pruebas acerca de su teoría sobre la forma de la Tierra: desafió obstáculos, dudas y conceptos adversos emitidos por los sabios más destacados de Portugal y España que solo le auguraban una cadena interminable de fracasos y decepciones. Acabó teniendo razón porque sí había tierra del otro lado del mundo: de esta manera cumplía un sueño y abría de paso nuevos horizontes a los mercaderes y comerciantes de la época. No parecen existir más intenciones en él y mucho menos, genocidas: era en toda definición, un explorador del siglo XV. Murió sin saber que su descubrimiento le había hecho llegar a un nuevo continente y que eso tendría como consecuencia la conquista e incorporación, por parte de los europeos, de civilizaciones foráneas, culturas desconocidas, sociedades y exóticos individuos en el siglo XV. Colón falleció desconociendo que esta nueva ruta marítima había sido una de las noticias más importantes de toda la historia de la humanidad y que a partir de 1492 la mentalidad de la civilización occidental, tal como estaba concebida hasta ese momento, cambiaría radicalmente. Por supuesto, cuando tocaba por primera vez suelo americano, tampoco vislumbró las injusticias y crueldades que se desencadenarían en el proceder de los Conquistadores que se apropiaban a su manera de un nuevo mundo, ajeno e ingenuo ante la realidad que inevitablemente se les venía encima.
Las cifras dadas por algunos medios de comunicación donde estiman las muertes entre 80 y 90 millones de nativos no son reales. Entre 1492 y 1650, efectivamente se registró un genocidio de indígenas americanos por parte de los conquistadores y la población contabilizada para entonces por estudiosos del tema ascendía a 13.500.000 individuos, dejarndo un margen de error del 20%.
Los países latinoamericanos conservan estatuas conmemorativas de los fundadores de sus ciudades provenientes en su mayoría de España y Portugal y hace parte del tema de la memoria histórica decidir si rendirle o no homenaje a personajes que muchas veces, mancharon con sangre sus pasos. No son pocos, por cierto. Sin ningún tipo de justificación también hay que considerar que las definiciones de ciertos valores eran otras en aquellos tiempos. Quitar la imagen de un conquistador no lo llevaría al cajón del olvido ni cambiaría el pasado de un pueblo pero conservarla sí recordaría un evento que sucedió y que de muchas maneras, nos marcó y definió. De la historia aprendemos todos.
Por eso es importante honrar el valor de numerosos líderes indígenas que se enfrentaron valientemente a los conquistadores europeos en pos de la defensa de sus tierras invadidas y de sus ideales de libertad; inmortalizar como se ha hecho con fundadores y exploradores, también con la resistencia indigena de valientes jefes como Guacanagarix, Caonabo, Hatuey, Anacaona, Toro Sentado, Gerónimo, Caballo Loco, Alce Negro, Cochise, Oso Blanco, Tupac Amaru, Manco Capac, Atahualpa y Enriquillo para mencionar solamente a algunos pocos.
La memoria histórica nos recuerda de qué estamos hechos pero sobretodo, qué errores no volver a repetir.
La identidad de un pueblo es la suma de su pasado, su presente y su futuro.
Las cifras dadas por algunos medios de comunicación donde estiman las muertes entre 80 y 90 millones de nativos no son reales. Entre 1492 y 1650, efectivamente se registró un genocidio de indígenas americanos por parte de los conquistadores y la población contabilizada para entonces por estudiosos del tema ascendía a 13.500.000 individuos, dejarndo un margen de error del 20%.
Los países latinoamericanos conservan estatuas conmemorativas de los fundadores de sus ciudades provenientes en su mayoría de España y Portugal y hace parte del tema de la memoria histórica decidir si rendirle o no homenaje a personajes que muchas veces, mancharon con sangre sus pasos. No son pocos, por cierto. Sin ningún tipo de justificación también hay que considerar que las definiciones de ciertos valores eran otras en aquellos tiempos. Quitar la imagen de un conquistador no lo llevaría al cajón del olvido ni cambiaría el pasado de un pueblo pero conservarla sí recordaría un evento que sucedió y que de muchas maneras, nos marcó y definió. De la historia aprendemos todos.
Por eso es importante honrar el valor de numerosos líderes indígenas que se enfrentaron valientemente a los conquistadores europeos en pos de la defensa de sus tierras invadidas y de sus ideales de libertad; inmortalizar como se ha hecho con fundadores y exploradores, también con la resistencia indigena de valientes jefes como Guacanagarix, Caonabo, Hatuey, Anacaona, Toro Sentado, Gerónimo, Caballo Loco, Alce Negro, Cochise, Oso Blanco, Tupac Amaru, Manco Capac, Atahualpa y Enriquillo para mencionar solamente a algunos pocos.
La memoria histórica nos recuerda de qué estamos hechos pero sobretodo, qué errores no volver a repetir.
La identidad de un pueblo es la suma de su pasado, su presente y su futuro.
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Imagen tomada de Wikipedia: La captura de Atahualpa.
REFERENCIAS
Angel Rosenblat - La población indígena de América desde 1492 hasta la actualidad.1945. Buenos Aires.
Rosa María Trujillo Aguirre y José Gustavo Gonzalez Flores - Las epidemias de viruela y tifo en el siglo XVIII
Wikipedia - Múltiples consultas - 2018
Fray Bartolomé de las Casas - Los reinos que había en la isla La Española - 1552
Robin Wylie - Qué fue lo que realmente acabó con la civilización maya - 2016
Bernardino de Sahagun - Historia General de las cosas de la Nueva España - Libro II - 1558
Autores varios - México a través de los siglos - Enciclopedia de cinco tomos - 1884 - Editorial Espasa
