Francesco Botta Marrone, mi abuelo materno: 1 parte
El nonno
Francesco Botta Marrone nació el 24 de octubre de 1890 en Villammare, fracción
del Comune de Vibonati en la provincia de Salerno, región Campania.
Provenía de
una familia de pescadores y cultivadores de olivos radicados en esa graciosa
localidad marinera cuyas playas son acariciadas por las cálidas aguas del mar
Tirreno.
Villammare
ha sido galardonada en varias oportunidades, con la distincion “Bandiera
Blu” que es otorgada a aquellos
balnearios cuyas aguas están exentas de contaminación.
Al cumplir 21 años en 1911, Francesco Botta fue reclutado por el regio ejercito y
enviado a las aguas del mar Egeo para combatir en la guerra italo-turca cuando
Italia ocupó las islas del Dodecaneso situadas frente a las costas de Turquía, país que lideraba el imperio otomano.
Después de
una intensa campaña, el 14 de mayo de 1912, las tropas italianas desembarcaron en Rodas al mando del general
Giovanni Ameglio estableciendo allí una cabeza de playa desde donde se desplegó la ocupación de 12 islas que conformaban
dicho archipiélago.
Terminado
este conflicto y de regreso a Villammare el nonno contrae matrimonio en 1913
con la nonna Angelina Milone y de esta unión nace su primera hija, Rosa.
Maria Botta
Milone, mi mamá, el 6 de octubre de 1914, más conocida como Rosina.
Transcurre
un corto periodo de paz que termina muy velozmente; el nonno no alcanza a
disfrutar plenamente de sus primeros años de matrimonio, ni de su hija, ni de su esposa.
El 23 de
mayo de 1915 Italia entra en guerra, esta vez, contra el imperio
austro-húngaro; Francesco Botta nuevamente es llamado a las armas para
participar en la Primera Guerra Mundial y es destinado al frente de batalla, en el norte de Italia, para detener
la invasión enemiga.
Allí se
desplegó un frente de aproximadamente 700 kilómetros situado entre los Alpes
cárnicos y la ciudad de Gorizia muy cercana a la frontera austriaca.
Fue en ese lugar donde se
desarrollaron sangrientas batallas con un numeroso saldo de muertos y heridos; se
combatía desde los escarpados montes dolomíticos hasta las serpenteantes aguas
del río Isonzo donde cada día se producían ataques y contraataques en una
despiadada guerra de trincheras.
En el mes
de agosto de 1917 cuando se realizaba la batalla por el control del monte san
Michele, Francesco Botta es tomado prisionero
por las tropas austriacas; es enviado a un campo de concentración
durante algunos meses hasta que por fin es liberado cuando el ejército italiano
derrota a las fuerzas austro-húngaras en la batalla de Vittorio Veneto en una
definitiva ofensiva final que se inició el 24 de octubre de 1918 y finalizó el
29 del mismo mes.
En esa
fecha el general austriaco Weber Von
Webenau solicitó al comando italiano la firma de un armisticio cesando las
hostilidades y anunciando la rendición de su ejército.
Billete de 1000 coronas austriaco, emitido en
Viena en 1902, que el nonno me regaló y que conservaba como recuerdo de su época de
prisionero de guerra. Colección privada.
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