EL PEREGRINAJE DE LA ESTATUA DE COLOMBO EN BARRANQUILLA: tercera y última parte


 
Once años más tarde, es decir en 1930, con el fin de conmemorar el centenario de la muerte del libertador, se expidió un decreto presidencial mediante el cual se ordena el desmonte de la estatua del navegante genovés, ubicada en el Paseo Colón, para colocar allí el monumento ecuestre del Libertador, en un lugar que desde ese año pasó a llamarse Paseo Bolívar.

Para ese momento y mientras se escogía un sitio donde ubicar el monumento al gran almirante, se decidió almacenar la efigie esculpida en mármol en una bodega del Terminal Marítimo y Fluvial en donde estuvo guardada hasta el año 1939 cuando se procedió a exhibir en el Parque de San Nicolas acogiendo un clamor unánime de la ciudadanía barranquillera.

La estatua de Colón fue trasladada al centro del parque construido frente a la iglesia de San Nicolás. No sobra recordar que este lugar, con el paso del tiempo, se llenó de tenderetes y cambuches con techos de plástico montados por vendedores ambulantes que al cabo de algunos años lo convirtieron en el más grande orinal de Barranquilla. Allí, en medio de semejante pestilencia terminó esta bella estatua del descubridor de América que vino a ocupar el lugar que había dejado el traslado de Simón Bolívar.

Allí se mantuvo impávida la estatua de Colón hasta que en el año 1983 el Concejo municipal promovió una campaña denominada "Al rescate de las tradiciones de Barranquilla".
 
Se expidió un acuerdo, que llevaba por número 19 del 25 de agosto de 1983 que señalaba tres sitios a los cuales se les debía dar protección privilegiada: la plaza de San Nicolas, la plaza de la Aduana y el hidropuerto de Veranillo.

Igualmente se ordenaba que el sitio escogido para el traslado de la estatua de Colón sería el Bulevar de la carrera 50 entre las calles 55 y 58, el cual, desde esa fecha, se denominaría Plaza de las Américas en homenaje al descubridor del continente americano.

Transcurrieron otros siete años sin cambio alguno; finalmente en 1990, se expidió otro decreto el número 535 del 13 de julio, firmado por mi entrañable amiga la arquitecta Mary García de Biava, secretaria general de la Alcaldía mayor de Barranquilla, con el cual se ordenaba el traslado de la estatua a la nueva plaza situada frente a la iglesia del Carmen.

Para tal efecto se nombró una nueva comisión de la cual formaban parte cinco personas y entre ellos tres recordados amigos míos: Alfredo de la Espriella, la secretaría general de la alcaldía y un miembro de la colectividad italiana.

Pasaron dos años más y en vista de que se iba a llegar a la fecha de los 500 años del descubrimiento de América en 1992, el alcalde mayor de la ciudad nombró a mi recordado amigo Italo Mennuto como el miembro representante de la comunidad italiana residente en la ciudad.

Las cosas se empezaron a mover nuevamente pero a otro ritmo: Mennuto logró conseguir que el secretario de Obras Públicas Municipales diera un primer paso al ordenar la construcción del pedestal donde reposará la estatua. El siguiente movimiento fue el desplazamiento del monumento hasta la plaza de las Américas en el año 1992.
 
Desde ese año hasta el mes de abril de 2021, Colón permaneció en ese sitio hasta que un grupo de vándalos iconoclastas decidieron derribar la estatua alegando que era un símbolo de la colonización española de las tierras americanas. esto ocurrió ante la mirada impávida de las autoridades locales incapaces de detener semejante despropósito.

Aquí cabe recordar que el origen de los iconoclastas fue un movimiento religioso dedicado a destruir las imágenes sagradas; los que veneraban estas estatuas eran perseguidos y asesinados; las imágenes sagradas, basadas en relatos de la población, eran producto de la fe cristiana. Pertenecían al imaginario popular que las idealizaba de esa manera porque esto simplemente lo habían heredado de sus ancestros. El iniciador de este movimiento fue el emperador de oriente Leon III quien ordenó en el año 726 d.C. la reprobación de este culto.

Hace unos meses la estatua de Colón fue derribada y decapitada; la cabeza fue pateada en el pavimento por una horda de desadaptados desconociéndose en este momento a dónde fue a parar lo que ocasionará una gran dificultad para restaurarla si es que las autoridades distritales deciden hacerlo.

Este ha sido el fin de un largo peregrinaje de esta donación de la colonia italiana a la ciudad de Barranquilla, realizada en el año 1910.

Cabe recordar que la historia de la humanidad está conformada por una serie de eventos sucedidos a lo largo del tiempo y está en la memoria colectiva la preservación de las imágenes pasadas. Con o sin el testimonio de ellas, no es posible negar que ciertos sucesos si acontencieron.

 
 

 
 
Imagen antigua tomada de Concentrico: cuando Barranquilla dejó de girar alrededor de centro.
Foto estatua derribada: futbolred.com
 
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