¿Por qué en Brasil se habla portugués y no español? El tratado de Tordecillas


Al regreso de Cristóbal Colón de su primer viaje, en febrero de 1493, antes de desembarcar en un puerto español, se detuvo en las islas Azores que eran una posesión portuguesa ubicada en el océano Atlántico cercana a las costas europeas.
Se encontraba a bordo de la carabela "La Pinta" cuando fue abordado por naves de la Armada lusitana, sus grandes rivales en el mar, quienes intentaron apresarlo para evitar que divulgara la nueva ruta hacia las Indias que recién había descubierto.
Fuertemente escoltado fue conducido hasta Lisboa donde, en el Monasterio de Virtudes, ante la presencia del rey Juan II, fue obligado a revelar los pormenores de su viaje que le servirían a los portugueses para establecer y programar nuevas rutas hacia el Nuevo Mundo navegando hacia el occidente.
Pero las verdaderas intenciones del monarca portugués eran las de reclamar como suyas esas nuevas tierras descubiertas por el navegante genovés.
Mirando las cosas ya con más tranquilidad, el rey Juan II estimó que no era conveniente traicionar ni entrar en controversias con su pariente, el rey español Fernando de Aragón, el Católico. Fue así como después de haber tomado atenta nota de cuanto le había relatado Colón decidió permitirle seguir con su viaje e inclusive le ofreció la posibilidad de llegar a España a través de tierras portuguesas.
El Almirante rechazó el ofrecimiento y prefirió seguir la travesía por mar, cosa que realizó hasta llegar al puerto de Palos de la Frontera (Huelva) el 14 de marzo de 1493.



A partir de esta fecha, ambos monarcas empezaron a moverse, cada uno por su cuenta, para lograr que desde Roma, el Sumo Pontífice Alejandro VI, es decir, el cardenal español Rodrigo Borgia, decretara una nueva linea imaginaria destinada a dividir al mundo en dos mitades para que se lo repartieran entre los dos reinos que lo pretendían.
Tras un largo período de negociaciones, finalmente, el 7 de junio de 1494, ambas partes firmaron un acuerdo en Tordesillas, con el cual quedaba regulada la navegación, el comercio y la repartición del océano Atlántico.
Según este tratado, el papa trazó un meridiano de separación que marcaba en el mapa una amplia franja estipulando que eran dominios portugueses todo lo que se encontraba a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde y de ahi en adelante, comenzaban las posesiones pertenecientes a la corona española. Un mundo extenso dividido entre dos reinos.
Naturalmente, esta generosa concesión del pontífice Alejandro VI cayó muy mal entre el resto de los países europeos como Inglaterra, Francia, Holanda, Alemania, Suecia y Dinamarca, quienes se apresuraron a manifestar su decontento al no aceptar semejante repartición.
Para esta fecha, vale la pena recordar que Brasil aún no habia sido descubierto: eran tan imprecisas las lineas divisorias que manejaban las dos potencias colonizadoras que nunca se pusieron de acuerdo ni los expertos españoles ni los portugueses. Esta situación obviamente generó las futuras discrepancias entre ambos pues la delimitación de las fronteras se convirtió en una permanente causa de conflictos.
En el año 1495 se produjo la muerte del rey Juan II  y para sucederlo en el trono es escogido su primo el rey Manuel I llamado eufemísticamente "El Afortunado".
Este nuevo rey decretó, en 1496, la expulsión de los judios de sus dominios, pueblo que ya se habia establecido en territorio portugués después de haber salido huyendo de los reinos de Castilla y Aragón de donde ya habian sido expulsados años atrás.


El 9 de marzo de 1500 Manuel I envió al navegante Pedro Álvares Cabral a la India al mando de una expedición conformada por una flota de doce naos, tres carabelas y un contingente de 1500 hombres.
Su destino final era llegar a ese lejano país bordeando a África que era la ruta recién descubierta por Vasco da Gama para consolidar con sus gobernantes unos provechosos intercambios comerciales. Después de haber hecho una escala obligatoria en las islas de Cabo Verde y tras 43 días de navegación, Álvares Cabral alcanzó las costas de suramérica, no se sabe si por accidente buscando vientos a favor o intencionalmente, para explorar las nuevas tierras portuguesas. Cuando desembarcó el 22 de abril de 1500, hizo construir una gran cruz de madera que plantó solemnemente  en el suelo y bautizó a esas tierras primero con el nombre de Vera Cruz y después, Santa Cruz.
Seguidamente dio la orden de devolver a Lisboa uno de los barcos portando una carta en la que le informaba al rey de su descubrimiento.
Permaneció en tierra unos diez días y pasado este corto tiempo, el 2 de mayo se embarcó nuevamente para continuar su viaje hacia la India, retomando la ruta africana.
Foto de Juan II de Portugal y Pedro Álvares Cabral tomada de Wikipedia y mapa, de Tordecillas.net

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