Puerto Colombia, discreta base de abastecimientos durante la segunda Guerra Mundial (Parte 4)


Un capítulo poco conocido de esta saga de la presencia de U boats en el mar Caribe es el que tuvo como escenario a Barranquilla y Puerto Colombia durante los años 1942 y 1943.
Dos empresarios italianos, Quinto Nucci y Alberto Caputo Valente, ambos simpatizantes de las doctrinas políticas y militares desplegadas por el dictador Benito Mussolini ya asociado con el dirigente nazi Adolfo Hitler, se sintieron motivados para dar su apoyo logístico a las operaciones navales desarrolladas por los sumergibles alemanes en el Caribe.
Estos dos destacados industriales eran miembros del "Club de Pesca Barranquilla" ubicado en la llamada Vía 40 desde donde, a través de un brazo acuático, se lograban conectar con el río Magdalena que, kilómetros más adelante, en un sitio conocido con el nombre de Bocas de Ceniza, producía su salida al océano Atlántico.
Cada uno de ellos era dueño de modernas lanchas acondicionadas para faenas de pesca de gran altura, siendo la de Nucci, "La Fernanda", la mas conocida de las dos.
Una vez que se encontraban en el Atlántico ponían rumbo a Puerto Colombia donde se dirigían a un hotel balneario de moda llamado "Esperia". Este lugar era frecuentado por numerosas personalidades de la sociedad colombiana y extranjera que incluía a banqueros, gerentes, cónsules y dirigentes políticos que pasaban alli inolvidables jornadas dedicadas al descanso y al ocio junto a entusiastas grupos de bañistas
barranquilleros.
Como un atractivo adicional, el hotel restaurante estaba conectado por medio de un largo puente de metal y cemento a una bien ubicada pista de baile, llamada La Terraza Marina, dominada por un bar en donde se servian exquisitos cocteles de factura internacional acompasados con las notas de grandes orquestas del momento.
Los dueños de este encantador lugar eran los esposos Angelo Bonfanti y Maria Zunzini, ambos italianos, residentes en Puerto Colombia, quienes se prodigaban amistosamente en atenciones con su exigente clientela.
A esta Terraza Marina y en horas de la madrugada llegaban las dos lanchas de Nucci y Caputo, bien aprovisionadas de diesel, alimentos, agua potable y frutas frescas que incluían naranjas, limones y productos típicos de estas regiones tropicales.

Todos estos insumos eran cargados, en medio del mayor sigilo, en los botes de goma enviados desde los submarinos que permanecían fondeados en alta mar lejos de los escollos y arrecifes costeros.
La amistad entre Bonfanti, Caputo y Nucci era tan estrecha que este último le regaló a Bonfanti su lancha "La Fernanda", como muestra de aprecio.
(Continuará)

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