La interesante historia de la llegada de la pasta a Italia: ¿fue traida de China o del mundo árabe? - Parte 2



Para mantenernos en el justo medio, podemos decir entonces que los sicilianos inventaron los vermicelli y los tipos de las pasta elaboradas con trigo, mientras que las pastas fabricadas con harinas alternativas nos llegaron del Extremo Oriente. Sin importar quienes sean los que las hayan inventado estaremos todos de acuerdo en que se trató de un invento genial y delicioso, merecedor de nuestro respeto.

Cuando los árabes se fueron de Sicilia llegaron los normandos e inmediatamente después, los suevos que eran unos nuevos invasores que le impusieron gravosos impuestos a los pobladores de la isla, lo que condujo a la miseria a la economía siciliana.
Los bosques fueron deforestados, los pozos artesianos abandonados a su suerte, el agua empezó a faltar y ya que el trigo necesita de este vital líquido, los cultivos de este cereal fueron desplazados hacia el norte buscando las fértiles llanuras bañadas por el Po.
Alrededor de este gran río surgieron entonces los molinos y con ellos el nuevo arte de la pasta.
Este alimento continuó con su expansión: en su elaboración  se usaron deliciosos rellenos los que, además, enriquecieron y mejoraron el sabor de los productos preparados en bodegas provistas de hornos acondicionados para estos menesteres.
Empezaron a aparecer los ravioli, agnolotti, cappelletti, marubini y tortelloni, los que son mencionados, en el siglo XII, por el fraile Salimbene di Parma, quien le dedica amplio espacio en sus "Crónicas" a los hojaldrados y a los novedosos rellenos.



Ya hemos visto como transcurrieron las cosas en Italia con el paso de los siglos: entre invasores que llegaron e invasores que se fueron, quedó algo en claro: todos ellos se apropiaron del recuerdo de nuestra excelente cocina. 
La pasta, los spaghetti, maccheroni, hojaldres, ravioli y bucatini se dispersaron por los cuatro puntos cardinales, por todos lados, por Europa y más allá de los océanos sin la preocupación de establecer de quien había sido el mérito de su invención, pero eso sí adoptando en todas partes las recetas que habían degustado con nosotros.

Inclusive se atrevieron a modificar su preparación añadiéndole ingredientes alucinantes que iban desde el caramelo dulce sobre los spaghetti hasta la exótica salsa de arándanos o desde la fruta cocinada en forma de compota sobre la pasta larga y otras diabluras gastronómicas que han hecho horrorizar a los puristas dentro del selecto grupo de los llamados "gourmets".
Pero en el fondo de todo esto, debemos recordar que cada medalla tiene su reverso y que estas variaciones realizadas a nuestra amada pasta, le han aportado algún tipo de mérito. Y justamente ese mérito es el que ha atraído cada año a millones de turistas extranjeros a Italia que no solo han venido a admirar las bellezas artísticas del país o a disfrutar de nuestro maravilloso sol, sino a manifestar su incondicional amor por un plato de pasta preparado como lo manda Dios... ¡o Alá! 
 
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Foto 1 tomada prestada de la revista Alcazaba.
Foto 2 tomada prestada de Reproart.

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