Mi amigo Giancó Macchi (6 y última parte)

Así termina la crónica costumbrista que escribió Giancarlo Macchi.
Voy a complementarla con algunos detalles que servirán para perfilar a este personaje que nos dejó un montón de buenos recuerdos entre los pliegues de la memoria.

En 1963, apenas Gianco finalizó su carrera en la Universidad del Atlántico, alistó sus maletas y se trasladó a Milano (Italia), en donde entró a trabajar en el estudio del arquitecto Carlo Moretti; allí permaneció durante un año hasta que escuchó el lejano pero atractivo llamado de vuelta de su inolvidable Barranquilla, que al fin y al cabo, era la ciudad que lo había visto crecer.

Retornó para vincularse a la oficina del también arquitecto Octavio Giraldo Maury y al mismo tiempo aceptó la invitación para dictar clases como profesor de Diseño y Composición Arquitectónica de su universidad, actividad que desempeñó en un amplio período comprendido entre los años 1965 y 2010.

Paralelamente le surgió la oportunidad de convertirse en socio de la firma Barón y Macchi con la cual entró en forma decisiva en el mundo de los proyectos y construcciones de obras públicas a través de concursos y licitaciones de caracter nacional.

De ese período podemos mencionar su participación en diferentes y variadas obras tales como algunos edificios de la Universidad del Norte, el estadio metropolitano Roberto Meléndez, el aeropuerto Ernesto Cortissoz de Barranquilla, el edificio del Banco de la República, el Hospital Militar y el Hospital del Seguro Social de Cartagena, el edificio de Gases del Caribe, el teatro Amira de la Rosa, la ampliación del edificio del aeropuerto El Dorado de Bogotá, entre otros.

Son famosas sus acuarelas, técnica pictórica con la cual logró plasmar sobre papeles y cartones unas icónicas escenas de la vida cotidiana que han sido expuestas en algunas oportunidades en varias galerías de la ciudad. Fue elegido presidente del Colegio Profesional de los arquitectos de Barranquilla así como también miembro de la Junta Directiva del Centro Italiano.

En el arco de pocos años a Gianco le llegaron tristes noticias de Italia que daban cuenta del fallecimiento, primero de sus padres y luego de su hermana Giovanna y de su cuñado Fernando.

Su fallecimiento, muy a nuestro pesar, se produjo en el año 2010.
Nos dejó de recuerdo su gran profesionalismo, un talento creativo admirable, su notable capacidad como arquitecto proyectista, su simpatía, su modestia y su altruísmo.
Fue un inolvidable amigo que todavía hoy nos sigue inspirando con su legado.

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Fotos de mi archivo personal:
En la primera foto recordamos a GianCarlo en nuestra boda con mi esposa Carmencita, el 20 de septiembre de 1967 en Barranquilla. En la segunda, una de las tantas veladas maravillosas con amigos, acá con Dante Russo.