El robo de un invento: Meucci Vs. Bell (Segunda parte: La Habana)

 

La Habana (Cuba)


Después de haber pasado noventa días encarcelado, Meucci tomó la decisión junto con su esposa Maria Matilda de emigrar a América, más exactamente a la isla de Cuba, en octubre de 1835.
Para ese tiempo había logrado hacer buenos contactos en Firenze con una compañía de ópera la que le ofreció un trabajo de electrotécnico en La Habana.
Según el contrato, seria el técnico que se encargaría de todo lo relacionado con el manejo eléctrico de la tramoya del Teatro Tacón.
Estando residenciado en la capital cubana, en el año 1835, concibió la idea de "telegrafare la parola", una concepto que se le había convertido en una obsesión.
Trabajó intensamente en ese proyecto durante casi diez años.
Entre 1844 y 1848 regresó brevemente a Italia donde participó en la Revolución para lograr la unificación de su amada patria.
De este periodo salió con el grado de teniente del Regio Esercito Italiano.
Regresó a La Habana en donde permaneció hasta 1850, año en que se produjo el incendio del Teatro de la Ópera.
Hay que destacar que estando en La Habana inventó un sistema de filtros para la depuración del agua e introdujo el uso de la parafina sintética en la fabricación de velas. También desarrolló un tratamiento para seres humanos a base de electroshocks terapéuticos que aplicaba a un reducido y selecto número de pacientes locales.
Allí permanecieron otros cuatro años hasta que decidieron trasladarse a los Estados Unidos.
 
Foto tomada en préstamo de Alamy 

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